domingo, 29 de mayo de 2011

Breve resumen del libro -Liberalismo y democracia- de Norberto Bobbio.

En esta ocasión, el importante pensador político Norbetro Bobbio, aborda minuciosamente dos conceptos sobre los que aún hoy no se ha podido establecer consenso único: El liberalismo y la democracia.
Para Bobbio es clara la definición y relación equívoca de cada término, da cuenta por ejemplo, de la diferencia conceptual entre la libertad de los antiguos y de los modernos citando a Benjamin Constant  
“El fin de los antiguos era la distribución del poder político entre todos los ciudadanos de una misma patria: ellos llamaban a esto libertad. El fin de los modernos es la seguridad en los goces privados: ellos llaman libertad a las garantías acordadas por las instituciones para estos goces.”[1]
¿Por qué llamar liberal-democráticos a cierto número de regímenes actuales si tenemos en cuenta que desde las múltiples concepciones de igualdad, democracia y liberalismo son conceptos antitéticos? Es una de las preguntas con más peso en el texto. En virtud de lo anterior, Bobbio propone tomar como base los estamentos de la democracia de los antiguos, en cuanto que ésta no es totalmente compatible con la concepción de liberalismo de los modernos,  propone también un contraste histórico con los fundamentos de democracia en los modernos estableciendo que ésta es no sólo compatible con el liberalismo, sino que “puede ser considerada bajo muchos aspectos, por lo menos hasta cierto punto, como su consecuencia natural”. Lo anterior no sin antes imponer una condición: que se asuma el concepto democracia no de forma sustancial sino de forma procesal, entendiendo por ésta, una democracia meramente formal, interesada sólo en los efectivos mecanismos de ejercicio de soberanía por parte de los ciudadanos, sin prestarle importancia a los efectos materiales que ésta deba implicar (igualdad, justicia, etc.)
De esta forma, encontramos en el pensamiento de Bobbio un atenuante al conflictivo antagonismo entre los conceptos democracia y liberalismo, éste implica asumir democracia no como un ideal igualitario sino más bien como una fórmula política que permita el correcto ejercicio de la soberanía popular, así encontraremos entre ambos términos no una relación meramente antagónica sino una relación con atisbos de actividad recíproca, siendo la democracia un instrumento que permite salvaguardar derechos fundamentales base del liberalismo, al mismo tiempo que el liberalismo juega un papel metódico en aras de la salvaguardia de los derechos fundamentales para el funcionamiento de la democracia.
Bobbio mantiene una posición vinculante entre ambos conceptos y los Estados contemporáneos manifestando que “Sólo los Estados nacidos de revoluciones liberales son democráticos y solamente los Estados democráticos protegen los derechos del hombre: todos los Estados autoritarios del mundo son a la vez antiliberales y antidemocráticos.”
El autor menciona dos teorías a partir de las cuales pretende dar cuenta de un punto de confluencia entre los conceptos democracia y liberalismo: El organicismo y el atomismo. El organicismo, mencionado por primera vez por Aristóteles en su metafísica, denota que “El todo es mayor que la suma de sus partes”. El atomismo, del que Bobbio resalta el pensamiento de Thomas Hobbes, asume a los individuos como separados los uno de los otros sólo por sus pasiones aunque unidos en común acuerdo en una sociedad política para huir de la destrucción recíproca. Norberto asume el atomismo como el epicentro base de la dicotomía liberal-demócrata, reconoce en el individuo un punto de partida fundamental; esto en términos de Aristóteles equivaldría a su tan mencionada homonimia Prós hén (que tiende a algo) en la que el ser se dice equívocamente pero siempre con referencia a la ousía (sustancia). [2]
Al hablar de una relación entre democracia y liberalismo es casi menester explanar terrenos pertenecientes a conceptos un tanto más apartados, a saber, que para algunos existe relación no sólo entre liberalismo y democracia sino también entre liberalismo y socialismo (Se trasciende la “etapa” de la democracia instaurándose de esta forma una especie de socialismo ligero); como contraparte acuden aquellos que identifican una relación estable entre Democracia y socialismo (Aquí el liberalismo es superado por la democracia que es complementada, sin ser dejada atrás, por un socialismo ligero)
Empero, Bobbio no desconoce los peligros de la democracia enunciados por hombres como Tocqueville y Stuart Mill, pudiendo ésta devenir en lo que nombraron como tiranía de la mayoría 
 "la sociedad puede ejecutar, y ejecuta, sus propios decretos; y si dicta malos decretos, en vez de buenos, o si los dicta a propósito de cosas en las que no debería mezclarse, ejerce una tiranía social más formidable que muchas de las opresiones políticas, ya que si bien, de ordinario no tiene a su servicio penas tan graves, deja menos medios de escapar a ella, pues penetra mucho más en los detalles de la vida y llega a encadenar el alma."[3]
Norberto Bobbio esclarece de forma contundente la cuestión, quién más pertinente que aquel filósofo con conocimientos sobre política y derecho, testigo las vicisitudes de casi un siglo de ardid humano, una gran figura que enmarca las contingencias del fascismo, el comunismo y, aunque en menor medida, del capitalismo.




                                                 
[1] B.Constant, De la liberté des anciens comparée á celle des modernes  (1818), en Collection compléte des ouvrages, vol. IV, parte 7, p. 253.
[2] Aristóteles, Ética Nicómaco, Libro IV, capítulo segundo.
[3] John Stuart Mill (1806-1873), “The Contest in America.” Harper's New Monthly Magazine, Volumen 24, Entrega 143, página 683-684. Harper & Bros., Nueva York, Abril de 1862. . Traducción por Wikipedia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario